Se acerca la segunda vuelta electoral en Ecuador, y con ello el temor de que un nuevo presidente de la República dé uso a su poder para «adueñarse»- nuevamente – de los medios de comunicación del Estado.
Ya sucedió en Venezuela cuando los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro se apropiaron de los medios públicos para difundir el «Socialismo del Siglo 21» mientras censuraban a los medios independientes. También sucedió en Ecuador cuando el Gobierno de Rafael Correa usó el conglomerado de medios públicos para su servicio personal.
Ante unas nuevas elecciones, el pueblo ecuatoriano teme no solo que regrese la censura al país sino que el dinero público, ese que llaman «de todos los ecuatorianos» se use en medios para abrazar los ideales de la izquierda.
Si bien Andrés Araúz, el delfín de Rafael Correa, no se ha mostrado hasta ahora renuente con los medios de comunicación, de llegar a la Presidencia el candidato podría incurrir en los mismos errores del ex presidente.
Durante su Presidencia, Correa no mostró aprecio por la prensa, de hecho tal y como actúa el chavismo en Venezuela solo logró acercamientos de quienes eran complacientes; mientras que a los medios críticos les persiguió hasta con la imputación de delitos.
Cuando llegó al poder en el 2007 Correa manifestó, “ganamos las elecciones, pero no el poder. El poder está controlado por los intereses económicos, la banca, la partidocracia, y los medios conectados a los bancos”.
El expresidente consideraba que los medios son un “poder fáctico que ha dominado en América Latina” y que tienen una gran capacidad para moldear la opinión pública e influenciar los votos. Con los años en el poder supo apropiarse de la audiencia y los medios.
Tal fue el abuso por parte del correísmo que el presidente Lenín Moreno decidió emitir un decreto para la extinción de la Empresa Pública Medios Públicos; compañía que fue usada por Correa para desinformar o en su defecto, mostrar «una sola cara de la moneda».
Medios como Ecuador TV, El Telégrafo, El Tiempo y Radio Pública, fueron usados con fuerza en la era del expresidente Rafael Correa, eran sus favoritos.
La estrategia de Correa
Rafael Correa utilizó varias estrategias para regular la comunicación. En su Gobierno se crearon 20 medios públicos que abarcaron desde estaciones de televisión incautadas a banqueros, hasta periódicos y emisoras de radio.
El Estado controlaba el mayor número de medios y las estaciones de televisión de mayor sintonía, con lo que los medios públicos empezaron a convertirse en la voz de Correa.
Su segunda estrategia fue a imagen y semejanza de Hugo Chávez, comunicarse directamente con los ecuatorianos a través de cadenas obligatorias de radio y televisión.
Pero, no conforme con el conglomerado de medios públicos a su favor, Correa aprobó la Ley Orgánica de los Medios y desde entonces no cesaron las denuncias por persecución o intentos de censura.
“Es un acto de censura darle al gobierno el papel de editor de lo que deben publicar los medios”, dijo César Ricaurte, director de Fundamedios.
Y es que desde 2013 hasta 2017, el Gobierno había emitido 675 sanciones a medios de comunicación locales, lo que le había supuesto una recaudación de multas por unos 754.000 dólares.
Fue en 2017 cuando el candidato Guillermo Lasso aseguró que de ganar la Presidencia acabaría con la ley de comunicaciones que buscó perseguir a la prensa ecuatoriana; de hecho, el mismo Lenín Moreno que está al borde de despedirse del cargo expresó sus reservas sobre la normativa.
Queda esperar qué sucederá con la libertad de expresión en el país de ganar nuevamente el correísmo.